martes, 13 de abril de 2021

Luego del descubrimiento de América y la construcción de la colonias el imperio español,

asentado y poderoso, enviaba cada año su flota de regreso a la madre patria, cargada de fabulosas riquezas desde el puerto de La Habana. Pero en el verano  de 1622 la flota partió con retraso, en plena temporada de huracanes  y mientras navegaban hacia el canal de Bahamas fue alcanzada por una terrible tormenta. La noche del 5 de septiembre 8 barcos españoles perecieron en las aguas caribeñas, entre ellos  el Santa Margarita y el Nuestra Señora de Atocha, que navegaban juntos en la retaguardia. 

Solo emergieron 5 sobrevivientes del naufragio, quienes señalaron inequívocamente el lugar del hundimiento, los equipos de rescate españoles en las décadas siguientes lograron recuperar grandes cantidades de oro y plata que conformaban el tesoro del Margarita, sin embargo nunca encontraron el Nuestra Señora de Atocha, aunque los testimonios de los sobrevivientes señalaban que estaba cerca. Con el paso del tiempo y sin rastro ninguno, aquel navío se dio por perdido. 

El Galeón olvidado:

 Nuestra señora de Atocha había sido construido para la Corona de España en La Habana, en 1620 y en el momento de su naufragio llevaba un cargamento de 24 toneladas de plata en 1038 lingotes, 180000 pesos en monedas de plata, 582 lingotes de cobre, 125 barras y discos de oro, 350 cofres de índigo, 525 fardos de tabaco,20 cañones de bronce y 1200 libras de platería trabajada, por 60 años lo buscaron los españoles hasta que lo dieron por desaparecido.

 A finales de la década de 1960, el instructor de buceo estadounidense Mel Fisher dio con la pista de los navíos españoles, gracias a documentos del Archivo de Indias, el Atocha se dibujaba muy apetecible ante los ojos del aventurero, quien se lanzó en su busca. En 1971 comenzaron las prospecciones y pronto mostraron sus resultados con el descubrimiento de una enorme ancla, a la que le sucedieron numerosos hallazgos, astrolabios, cadenas de oro, lingotes de plata, pero ni rastro del Atocha.

 En 1975 los implacables buscadores encontraron  prueba definitiva de la presencia del barco en la

zona, dos grupos de cañones con números coincidentes a los registrados en el sobordo del galeón, la alegría de este descubrimiento fue opacada al día siguiente por una terrible tragedia: el Northwind, barco donde viajaba uno de los hijos de Fisher se hundió y él, junto a su esposa y uno de los buceadores, perecieron en el mar.

 Durante los años siguientes la investigación prosiguió, aunque las dudas y discrepancias entre los expertos empañaban la búsqueda. En 1980 el otro hijo del buscador de tesoros encontró los restos del Margarita, que aun conservaba parte de la carga que no habían rescatado los españoles, por su parte Mel Fisher, siguiendo los consejos de su arqueólogo intentó una última exploración de las aguas del canal Hawk y el 20 de julio de 1985 se escuchó su voz eufórica, desde la radio de su barco, anunciando:

 ¨ ¡Cerrad los mapas! ¡Lo hemos encontrado! ¨

 El Tesoro Recuperado:

  El cargamento recuperado ascendió a más de mil lingotes de plata, 125 barras y discos de oro, cien mil monedas de oro y plata, y una amplia colección de objetos personales perteneciente a la tripulación y

pasajeros acaudalados, entre los que sobresalen un cinturón de oro con rubíes, platos y copas de oro cuidadosamente decorados, entre los que destaca una copa que contiene un bezoar, una piedra utilizada para contrarrestar venenos; también se halló una completa colección de útiles médicos; cajas de marfil labradas y una muestra fabulosa de orfebrería religiosa, compuesta por rosarios, cruces y anillos engastados de rubíes.
 Los informes publicados luego del hallazgo arrojan datos muy interesantes que demuestran el auge y la importancia del contrabando en los navíos españoles: tes mil esmeraldas colombianas y grandes cadenas de oro son ejemplos de bienes encontrados por Fisher que no figuraban en el sobordo.
 
  La mayoría del tesoro recuperado fue subastado en Nueva York en 1988, hoy solo una pequeña parte puede ser apreciada en el Mel Fisher Maritime Heritage Society Museum, en Cayo Hueso; Florida.
 
Millones de dólares, en forma de tesoros se yacen  aún en el fondo marino, la mayoría en aguas caribeñas, esperando pacientemente por el aventurero que se enfrente al indomable océano, decidido a recuperarlos.

 



1 comentarios:

Muy interesante este post , la historia del Atocha y la perseverancia de Mel Fisher , la riqueza y valor histórico que yace en aguas del entorno de Cuba , Florida y Bahamas es grandioso.
El último mapa de pecios de España ubicó más de 700 , de ellos 249 en las cercanías de Cuba.
Ojalá y Snow nos siga deleitando con esta interesante temática.

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