¿Quien puede controlar una alma nómada?, siempre en movimiento, siguiendo al viento hacia lo desconocido, como la mente y el pensamiento, incontrolable y variable.. y si vaga nuestro pensamiento mejor que sea por las curiosidades de la historia, las descripciones de sus personalidades o las maravillas desconocidas de los territorios que nos son ajenos.
La tecnología, esa gran aliada y compañera que nos asiste a diario y facilita ( usualmente) nuestra vida,
también ha demostrado tener un enorme potencial para el extremo opuesto, llegando a nublar tanto la realidad que se está volviendo difícil distinguir la diferencia. Un perfecto ejemplo de estas aplicaciones maliciosas son los populares "deepfake" que abundan en la web.
Profundamente falso:
Los "Deep fake" son archivos de video, imagen o voz manipulados utilizando un software de inteligencia artificial, que según estudios han alcanzado un nivel, en el que ya no son solo fotorrealistas, sino casi indistinguibles. No son pocos los investigadores que advierten del peligro que representa este realismo extremo, pues estas imágenes fraudulentas pueden ser fácilmente utilizadas para propagar la desinformación o propiciar el fraude y la extorsión.
El valle inquietante
Por ejemplo, cuando miramos la imagen de Messi en un videojuego, es claramente visible que cada vez está mejor lograda, sus rasgos lucen más reales y el parecido es innegable, sin embargo hay algo que aún no cuaja. Su mirada y sus gestos son claramente robóticos. Esa impresión se conoce entre los creadores gráficos como "el valle inquietante" y marca el límite entre la creencia de que un personaje es de carne y hueso o solo un humanoide en 3D. Con la llegada d nuevas generaciones de gráficos generados por inteligencia artificial esa barrera se ha roto y el "valle inquietante" ha desaparecido. Haciendo extremadamente sencillo crear una imagen de cualquier figura pública haciendo trucos simpáticos o incluso una tuya en contextos íntimos que puede ser utilizada para extorsionarte, aunque no seas realmente tú.
El experimento:
Para comprobar hasta que punto es fácil engañarnos, un equipo de investigadores de la Universidad de
Lancaster, en el Reino Unido, mostraron a un grupo de personas un conjunto de imágenes de rostros reales y digitales. Los participantes se dividieron en tres grupos. El primero obtuvo una media de acierto del 48%, el segundo, que contó con ayuda de los investigadores, acertó solo el 59% y el último, encargado de puntuar la confianza generada por los rostros, otorgó una calificación de 4,82 a los rostros artificiales, mientras que a los reales solo 4,48.
Sophie Nightingale, profesora de psicología asegura: " No estamos diciendo que todas las imágenes generadas sean indistinguibles de un rostro real, pero un número significativo de ellas lo son". En las conclusiones del estudio, los científicos alertan sobre el peligro inminente que suponen estas tecnologías: " cualquiera puede crear contenidos sintéticos sin necesidad de tener conocimientos especializados de Photoshop o gráficos generados por ordenador".
Se hace entonces necesaria la creación de herramientas que sean capaces de detectar y alertar cuando estamos en presencia de un "Deep fake" y sean implementadas en las plataformas de redes sociales, para combatir los posibles efectos secundarios de estas tecnologías. Aún así su avance es imparable. Muchos hablan de insertar marcas de agua en los dispositivos que se utilizan para crear estos "fakes" o del uso de blockchain para que cada una de estas imágenes tenga una firma única que se pueda rastrear. Nada es seguro aún.
Lo único certero es que vivimos un momento importante en referencia al desarrollo de estas tecnologías. Respecto a ello la doctora Nightingale y su equipo declaran: " en este momento crucial, y al igual que han hecho otros campos de la ciencia y la ingeniería, animamos a la comunidad de gráficos y visión a desarrollar directrices para la creación y distribución de tecnologías de medios sintéticos que incorporen pautas éticas para investigadores, editores y distribuidores de medios."
Además alientan a dichos desarrolladores a considerar si son mayores los riesgos asociados a estas tecnologías que los beneficios que ofrecen.
Aunque con la llegada de la tecnología hay quien considera que los humanos estamos "menos solos", y las noticas viajan de una punta a otra del mundo con increíble rapidez, la veracidad no siempre abunda, llevando a millones de personas a creer en sucesos no verificados o falaces. Estos bulos y rumores ha sido bautizados como "fake news" ( noticias falsas). Pero su nacimiento no es algo propio de nuestro siglo. Existen "fake news" históricas que han trascendido en la historia de la humanidad y son más longevas que muchos de nosotros.
Los que viven en la Luna:
El comienzo de las fake news se puede rastrear a 1835 (aunque tengo una ligera corazonada de que
empezaron mucho antes), cuando un periódico de Nueva York, llamado "The Sun" promulgó con efusividad la primicia de que había una civilización que anidaba en la Luna. La noticia puramente ficticia y amarillista causó gran revuelo entre la sociedad de la época que casualmente daba la bienvenida a los nuevos medios de transporte( trenes y barcos de vapor) y a la prensa de masas o alta capacidad. Aunque parezca inaudito el periódico en cuestión NUNCA se retractó de dicha noticia.
Llegó la Guerra:
Los conflictos bélicos son el caldo de cultivo perfecto para las noticias inciertas. Durante las guerras se juega sucio y ambos bandos se aprovechan de la exageración y las falacias para su propio beneficio. En 1914, durante la primera Guerra Mundial comenzó a circular viralmente la noticia de que los alemanes habían construido en Bélgica un horno gigantesco para quemar a los soldados. Rumor, salido directamente de las páginas del "Daily Mail" y concebido para exagerar las atrocidades de los alemanes, fomentando el odio hacia ellos.
La gripe Española:
Esta epidemia que asoló a la humanidad pasó a la historia con el gentilicio ibérico, no por haberse originado en este suelo, sino porque al esta nación no estar involucrada en la guerra cubrió activamente el progreso de la enfermedad. Pero lo cierto es que muchas personas llegaron a creer que realmente la gripe había surgido en la península, cuando los informes apuntan que el brote es probable se haya desatado en Asia Oriental o incluso en Kansas.
Joseph Goebbels y los principios de la propaganda:
Este conocido personaje legó para la posteridad los 11 principios esenciales de la propaganda, por lo que no es desacertado decir que tenía arte para cargar el ambiente con noticias de escasa veracidad. Por ejemplo en el verano de 1939 promulgó titulares falsos sobre agresiones polacas a alemanes. Otro gran ejemplo ocurrió un día antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, cuando llevó a cabo el "incidente de Gliwice", una operación en la que un grupo de agentes nazis se hicieron pasar por polacos para sabotear una señal de radio, lo que les daría a los nazis un pretexto para invadir Polonia. Tampoco es muy impresionante dado que el principio tercero y cuarto de la propaganda hablan de: Transposición " si no puedes negar las malas noticias, inventa otras" y Exageración " cualquier anécdota por pequeña que sea, puede ser una amenaza grave".
El siglo XXI y el internet han traído aires de cambio que impulsan las "fakes news" volviéndolas "virales" en cuestión de minutos, así durante la pandemia hemos escuchado disparatadas noticas, como que la 5g causa el coronavirus, que la mascarillas son perjudiciales, las vacunas innecesarias o la solución salina efectiva como desinfectante ante el covid. Aunque las noticias falsas no son cosa de nuestro siglo, si es muy peligrosa la desinformación que pueden desatar en un medio tan prolífico como el internet, que puede ser usado tanto para educar e informar como para confundir.