El 7 noviembre de 1863 viene a la vida el pequeño Julián del Casal, quien años después se convertiría en un prolífico poeta cubano, uno de los máximos exponentes de la literatura modernista en

la isla y en Hispano América completa. Casal conoció la angustia y el pesar a temprana edad, al enfrentarse a la muerte de su madre en 1868, estos sentimientos tiñeron su figura y le acompañaron durante su corta vida, reflejados frecuentemente en su obra, el poeta sombrío, anhelaba la propia muerte, la deseaba fervientemente, como alivio al calvario de la vida : 

¨Arrebatadme al punto de la tierra

que estoy enfermo y solo y fatigado

y deseo volar hacia la altura

porque allí debe estar lo que yo he amado.¨


 La señora de la guadaña, cautivada por sus versos, respondió a su romance, premiándolo con una partida prematura, a la temprana edad de 29 años, pero en su humor mórbido le otorgó el tan ansiado tránsito hacia la otra vida, arrancándolo de nuestro plano ahogado en una carcajada final,el poeta triste, lánguido, que rara vez se escuchaba reír  y que vagó por su existencia luchando con depresiones y  afecciones de salud murió irónicamente de risa, la noche del 21 de octubre de 1893.


Casal se encontraba cenando en casa del doctor Lucas de los Santos Lamadrid, cuando ante una ocurrencia de uno de los invitados, una carcajada incontrolable escapó de su ser tan intensamente que segundos más tarde sufrió una especie de espasmo y comenzó a vomitar cascadas de sangre escarlata y rutilante. Falleció poco después, se especula, por una oclusión de las vías respiratorias debido a la sangre acumulada. 

 Varias hipótesis se discuten respecto a la causa de su muerte: una aneurisma arterial, una tuberculosis pulmonar crónica, pero todas permanecerán por siempre siendo conjeturas, ya que al poeta no se le realizó una autopsia que respalde ninguna de ellas.

 Lo único completamente certero e irrefutable es que la prematura muerte no impidió que pergeñara una rica obra literaria de importancia trascendental, digna de aparecer junto a los precursores y creadores del modernismo, figuras como  José Martí y  Rubén Darío. Julían dio el ansiado paso hacia el mundo del que nadie ha regresado, pero dejó tras de si regalos de su atormentada pluma, recogidos en tres libros fundamentales: ¨ Hojas al viento¨ en 1890, ¨ Nieve¨en 1891 y ¨Bustos y rimas¨ en 1893 que son notorios exponentes de la integración de diferentes corrientes poéticas (simbolismo, parnasianismo y decadentismo) con una renovación del idioma español.