Los fantasmas de la ciencia
Tanto hablar de fantasmas, ya abre el apetito por explicaciones un poco más profundas sobre esta necesidad humana ( que a mi me fascina), de invocar sombras y monstruos desde las tinieblas y convertir a los muertos en seres deseosos de contactarnos desde el reino del silencio. Nada puede ofrecer respuestas más fiables y certeras que la madre ciencia, siempre intentando explicar el funcionamiento de nuestra mente y el por qué de ciertos comportamientos.
Los estudios:
A todos nos ha pasado, que al entrar a un cuarto vació, especialmente luego del anochecer, sentimos cosas extrañas, recorremos el cuarto con la vista, y no hay nada, a veces el aire mueve una cortina, o alguna sombra extraña se dibuja en la pared y el pensamiento nos desborda y la primera impresión es que se trata de un ser de ultratumba, que muchas veces viene, no con la mejor de las intensiones a por nosotros.
Un estudio realizado en Canadá nos ofrece una agradable y tranquilizadora explicación al fenómeno de los fantasmas, explicación que nada tiene que ver con eventos paranormales, sino con respuestas de nuestro cerebro a diversos estímulos.
Por décadas el neurocientífico canadiense Michael Persinger se ha dedicado a estudiar la mente humana más allá de la consciencia. Sus conclusiones respecto a las experiencias paranormales, hablan de la sensibilidad de nuestro ser, que en ocasiones es capaz de detectar fenómenos que ni la vista, ni el tacto son capaces de identificar con claridad.
Ojito, que esto no quiere decir que la explicación viene ligada a espíritus invisibles, todo lo contrario, el Dr. Persinger, opina que puede tratarse de la reacción de nuestro organismo a los campos electromagnéticos, que escapan nuestra visión , pero sí son detectados por nuestro sistema nervioso. Como estos fenómenos no son perceptibles crean la sensación de que "hay una presencia en la habitación", al provocar patrones de actividad inusuales en los lóbulos temporales del cerebro.