Los cubanos somos seres de corazón alegre, que recibimos las adversidades de la vida con una sonrisa de oreja a oreja, nuestro espíritu fiestero convierte cualquier ocasión en un motivo para celebrar, por ende el cierre de un año y el nacimiento de uno nuevo es un gran evento en todos nuestros hogares.

Los preparativos comienzan con días de antelación y en la Noche vieja cada vivienda de la nación se viste con sus mejores galas para recibir el nuevo año; a la par de fiestero el cubano es supersticioso y junto a las celebraciones existen ciertas tradiciones, transmitidas de generación en generación, que de ser realizadas vaticinan un año nuevo próspero y benévolo.

  • Desde que el mundo es mundo cuando el reloj marca las 12 miles de cubanos se agolpan en sus terrazas, puertas y balcones lanzando emotivamente a la calle cubos llenos de agua, en señal de limpieza con el objetivo de que ¨se lleve todo lo malo¨ . Es un secreto a voces entre los nativos de la isla que cuando se acercan esta hora se debe estar atento y resguardado para no ser victima de un ¨cubazo¨.
  • Otra forma de ritual de limpieza más viejo que andar a pie , es barrer la casa de atrás hacia adelante para que no se quede ¨lo malo¨ guardado en los rincones y así comenzar el nuevo ciclo con energías puras y renovadas.
  • De acuerdo con la sabiduría de nuestros ancestros , si tomas un huevo y lo pasas por todo tu cuerpo limpiarás tu aura de cualquier energía dañina que hayas adquirido en el año viejo, quedando así libre para abrazar los buenos augurios que nacen con el año venidero.
  • Si un viaje se cuenta entre los objetivos para el año nuevo, sin timidez ninguna verás a los deseosos viajeros recorrer sonrientes la calle con su maleta , mientras familiares y amigos les animan desde portales o balcones con sonrisas y vítores.
  • Desde mediados de diciembre es posible apreciar en los barrios cubanos muñecos de trapos acampando en algunos jardines o en los portales de edificios, hechos con retazos de ropas viejas y rellenos de todo tipo , estos muñecos que asemejan a los espantapájaros , encarnan todas las malas energías, influencias o experiencias del año que se deja atrás y con el objetivo de desterrarlas permanentemente se les prende fuego en la noche vieja.

Efectivas o no , nuestras tradiciones de noche vieja nacen en la esperanza y el festejo por un año mejor que el pasado que llene nuestra existencia de aquello que buscamos para obtener la felicidad, ya sea un viaje, amor, salud o prosperidad económica ,llamando a olvidar todas las penas o dolores sufridos y abriendo paso a una suerte mejor.