Una Condesa para el Conde
Se cuenta que era descendiente del anteriormente abordado Vlad Draculea, pertenecía a una de las familias más poderosas de Hungría como el mismo Conde, pero a diferencia de su ancestro, sus crímenes no fueron impulsados por la necesidad de fortalecer el poder de un reino o instaurar el orden social, sino por una obsesión enfermiza e infundada por la belleza y es recordada por la historia como una de las asesinas más prolíficas de todos los tiempos, con un total de 650 muertes.
Erzséber Báthory de Ecsed (castellanizado como Isabel Bathory), nació en 1560 en una de las familias mas adineradas e influyentes de Transilvania, recibió una educación excepcional y contra las costumbres de la época era mucho más culta que todos los nobles húngaros de aquel momento, que apenas eran capaces de deletrear su nombre. A los 15 años contrajo matrimonio con su primo el conde Ferenc Nádasdy, quien años más tarde sería apodado el " Caballero negro de Hungría" y cuando Erzéber tenía 44 años falleció dejándola viuda, en una posición bien delicada, señora feudal de un importante condado, metida en todas las intrigas políticas de la época pero desprovista de ejército para proteger su poderío.
Fue entonces cuando los susurros comenzaron a cernirse alrededor del castillo de la condesa, cuando empezaron a desaparecer incontables muchachas, hijas de familias pobres que eran enviadas al castillo a trabajar, o chicas privilegiadas que llegaban al condado a estudiar y de las que nunca se volvía a tener noticias, sin dudas algo muy siniestro ocurría en aquel castillo y a través del pastor local empezaron a a llegar historias de que la condesa practicaba brujería y utilizaba la sangre de las jóvenes desaparecidas en rituales inimaginables.
Dichas acusaciones de brujería no eran extrañas en aquella época, sin embargo en Rey húngaro ordenó investigar aquellos rumores. Puesto que carecía de ejército o forma alguna de negarse al decreto real, la resistencia de la condesa fue nula. Dentro del castillo se hallaron numerosas muchachas torturadas, en distintos estados de exanguinación y numerosos cadáveres en los alrededores de la fortaleza. En 1612 se inició un juicio en Bitcse, en el que se acusaba de los múltiples asesinatos a Báthory y a todos los colaboradores que hallaron dentro del castillo.
El mayordomo Juan Ujváry, ofreció el más importante de los testimonios contra la condesa, pues contó que en su propia presencia se había asesinado a alrededor de 37 "mujeres solteras", cuyas edades oscilaban entre 11 y 26 años, seis de las cuales había reclutado él personalmente para que trabajasen en el castillo. Según la leyenda la condesa empleaba la sangre de las jóvenes como bálsamo para conservar la belleza que comenzaba a escabullirse de su piel.
Todos aquellos que fueron hallados dentro del castillo fueron arrestados, a las mujeres las quemaron vivas en la hoguera luego de arrancarles los dedos y los hombres después de afrontar cruentas torturas también pagaron con su vida el crimen. Pero la ley impedía que se asesinara a la Condesa, (o tal vez la conveniencia del Rey, a quien no favorecería que sus tierras fuesen heredadas por sus cuatro hijos), en cambio fue condenada a pasar el resto de su vida encerrada en uno de los aposentos de su castillo, donde las ventanas y la puertas fueron tapiadas, dejando solamente una pequeña rendija a través de la cual recibiría aire y comida. Tres años permaneció en estas condiciones la Condesa Vampira, hasta que finalmente falleció en 1614.
Como dato curioso, luego de la muerte de la condesa el Rey Matías II, se hizo de argumentos férreos para hacerse con las tierras de Báthory, acusando a sus hijos de traición y desterrándolos de Polonia, haciendo así desaparecer poco a poco la dinastía Báthory de Hungría.
Isabel permaneció embrujando su castillo y hasta el día de hoy es identificada como la condesa vampira, quien a la par de Vlad el Empalador inspira a escritores y artistas en sus más oscuras obras llenas de personajes sedientos de sangre humana.