lunes, 25 de octubre de 2021

  Ya en este punto de la serie sobre los cuentos de hadas está bien establecido que las historias que hoy conocemos son versiones altamente azucaradas y adaptadas para la mente infantil, que distan mucho de lo que fueron originalmente. Mucho más traumáticas y altamente descriptivas las versiones originales no son aptas para algunos adultos, que repelen las descripciones gráficas de los horrores que llenan estas historias, mucho menos para mentes infantiles. 

 Entre estas versiones, intencionalmente suavizadas, se encuentra Rapunzel, en la historia infantil, es una princesa raptada de los brazos de sus padres por una malvada bruja que la encierra en una torre, su cabello crece desmedidamente y posee poderes mágicos Sin embargo en la versión de los hermanos Grimm, Rapunzel era constantemente torturada y violada en su encierro oscuro y cruel. Cuando el valiente príncipe lograr llegar a la torre ascendiendo, ayudado por el largo cabello de la bella princesa, los hermanos de esta los atacan, le cortan la lengua, le sacan los ojos y lo precipitan por la torre, sus restos son devorados por una parvada de cuervos y Rapunzel es sangrientamente sacrificada por sus hermanos.  Sin embargo, a diferencia de los anteriores (y afortunadamente) la sádica historia de los escritores no estuvo basada en ninguna historia real, con este relato ocurre tristemente exactamente lo contrario. 

  La desdichada joven, que vivió en carne propia el horrible cuento de los Grimm nació mucho años después y se llamó Blanche Monnier. La historia narra que Blanche era una joven inmensurablemente hermosa, por lo que su madre la cuidó y sobreprotegió, alejando todos los hombres que pudiesen intentar rondarla, causando así que a sus 27 años siguiera soltera, y la sociedad comenzó a etiquetarla de "quedada". Hasta que apareció un joven abogado que se enamoró de ella, Blanche rogó por la aprobación de su familia pero su madre se interpuso en el camino de la creciente pareja y como castigo la encerró en una pequeña habitación de la casa. 

  La ausencia de la joven se entendió durante 25 años, la familia la justificó ante la sociedad diciendo que se había inscrito en un internado en Inglaterra y luego se había mudado a Escocia, versiones que fueron aceptadas con naturalidad y no hubo razón alguna para sospechar de la respetable familia, ignorando el encierro inhumano en el que pasó Blanche 25 largos años, sometida a constantes abusos emocionales, físicos y sexuales.


 Cuando estaba por cumplir 52 años, el padre de la chica murió, ya en este punto su condición de salud estaba tan deteriorada que no podía mantenerse en pie, había perdido completamente la cordura, mostraba signos de extrema desnutrición y su cabello largo, como el de Rapunzel le rebasaba los tobillos. 

 El secreto de la inhumana cautividad de Blanche no era únicamente conocido por su familia, los sirvientes que trabajaban en su casa conocían bien cada escabroso detalle, y guardaron silencio vergonzosamente hasta el 23 de marzo de 1901, que se emitió una denuncia anónima a las autoridades . 

 Tres miembros de la policía llegan a inspeccionar la casa y la sorpresa fue horrible cuando encontraron a Blanche completamente desnuda, desnutrida, viviendo sobre un colchón putrefacto, entre restos de orina, heces y sobras de comida en descomposición. El fétido aroma de la habitación era tal que los oficiales se vieron obligados a romper los cristales de las ventanas para ventilar el lugar, dejando entrar la luz por primera vez en 25 años.

 El horroroso aspecto de Blanche dejó marcados a los policías y a la prensa, que no tardaron en comparar su triste realidad con la historia de los hermanos Grimm, la pobre princesa  de larga cabellera, atrapada en una torre, custodiada y abusada por su malvada familia. 

 La madre de Blanche asumió toda la responsabilidad de sus macabras acciones, pero murió poco antes
del juicio y su hermano fue condenado únicamente a 15 meses de prisión, mientras que Blanche nunca pudo recuperarse del abuso cruel e inhumano al que fue sometida, por lo que vivió en un hospital psiquiátrico hasta sus últimos días. Una vez más la maldad humana, supera a cualquier villano que habite en los terrenos más oscuros y horrorosos de la ficción más descabellada. 

 

  

 



1 comentarios:

De nuevo la imaginación y la realidad van de la mano en cuanto a sufrimiento y abuso de otro ser humano se trata.
Nadie reconocería a La Bella Durmiente en este caso.

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