martes, 19 de octubre de 2021

 En 1716 Federico Guillermo I de Prusia, en necesidad de ganarse el favor y la confianza de Pedro el grande, zar de Rusia, con quien había forjado una reciente alianza, y sabiendo del amor desmedido del monarca por las curiosidades, reflejado en su colección de objetos raros; decidió hacerle un regalo singular.

 Le obsequió una habitación, pero no una habitación cualquiera, no que va!, era una sala maravillosa, diseñada por los mejores arquitectos y escultores barrocos de Prusia, recubierta de oro, ámbar y piedras preciosas. El magnífico regalo se convirtió desde entonces en el orgullo de la casa Romanov y llegó a ser catalogada como la octava maravilla del mundo por su belleza deslumbrante. Durante la Segunda Guerra Mundial la obra maestra desapareció sospechosamente, dando lugar al nacimiento de intrincadas y pintorescas teorías para explicar su paradero. 

La historia:

 Orgullosos de su maravilla ambarina, los descendientes del zar la renovaron y ampliaron, convirtiéndola en un despliegue dorado sinónimo de su prosperidad creciente. A finales del siglo XVIII la sala ocupaba 100 metros cuadrados, estaba cubierta con seis toneladas de ámbar, decorada con pan de oro y una lluvia de piedras semipreciosas. Los expertos teorizan que actualmente su valor oscilaría entre 142 000 y 500 000 millones de dólares.

 


Catalina la Grande, como sus antecesores, fue una amante de la hermosa habitación y la colocó en su residencia de verano, donde permaneció hasta 1941, año en que se desató la terrible guerra. Durante este caótico período y con la amenaza de la ocupación alemana inminente, muchas obras de arte fueron evacuadas a Siberia, pero fue imposible hacer lo mismo con la sala, demasiado frágil y pesada.

 El desquiciado gobierno de Hitler consideraba que muchas de estas obras de arte habían sido robadas al pueblo alemán en siglos anteriores, entre ellas la "Cámara ámbar", por lo que fue desmontada y enviada a Königsberg (actual Kaliningrado).

 De acuerdo a Alfred Rohde, un prestigioso historiador alemán, que supervisó la colección reunida en el Castillo de Königsberg en el período de 1926 a 1945; los nazis conservaron cuidadosamente la sala, resguardándola de los infernales bombardeos de 1944 que destruyeron casi por completo el centro de la ciudad. Según Rohde los alemanes ocultaron la sala desmontada en los sótanos del castillo, sin embargo cuando las tropas soviéticas liberaron la ciudad en 1945 no pudieron encontrar rastro alguno de su octava maravilla. La cámara ámbar había desaparecido.

 Las hipótesis:

 Con la ausencia de la cámara incontables versiones comenzaron a alzarse, intentando explicar lo que pudo haber sucedido:

  •   La más simple sugiere que Rohde mintió y que la obra maestra ardió durante el combate. 
  •  Según otra versión sigue enterrada en algún sitio bajo el castillo demolido por los rusos en 1969, cosa que de ser cierta significaría que ha desaparecido o está extremadamente deteriorada pues el ámbar requiere una temperatura determinada para mantenerse.
  •  Otras hipótesis sugieren que los nazis enviaron la sala en barco hacia algún lugar de Alemania cuando la derrota fue inminente. El historiador ruso Andrei Przedomski cree que puede estar oculta en los bunkers secretos que poseían los nazis afuera de Kaliningrado. 
  •  Una de las teorías más alocadas insinúa que los nazis nunca se llevaron la "Cámara ámbar", al menos no la original, puesto que los restauradores soviéticos habían copiado la decoración, reemplazando la auténtica por un duplicado. Incluso sugieren que la verdadera fue enviada a un empresario estadounidense, amigo de la URSS, como regalo por su apoyo que sirvió para abastecer al país de buques de guerra, aviones de combate y armas.
  • En septiembre del 2020 se halló un buque alemán torpedeado en las aguas del mar Báltico, frente
    a las costas de Polonia, y se piensa que en sus entrañas podría llevar la desaparecida habitación rusa, sin embargo nada ha sido comprobado.

 Lo cierto es que en el año 2000 Alemania devolvió a Rusia dos piezas de decoración que solían pertenecer a la sala : una cómoda rococó y un mosaico florentino, pero las esperanzas de recuperar la cámara se desvanecían por lo que los escultores y restauradores rusos decidieron poner manos a la obra y reconstruir su maravilla perdida. Luego de un meticuloso trabajo que tomó 20 años la nueva "Cámara ámbar" se inauguró en el Palacio de Catalina en Pushkin en 2003, aunque existen quienes aún buscan incansablemente cualquier indicio dorado que conduzca a recuperar la octava maravilla.

1 comentarios:

De gran interés este logrado artículo , en efecto ya hoy en día se puede visitar la nueva Sala Ambar una reproducción de la anterior que llevó más de 20 años de trabajo por artesanos especializados de Rusia y Alemania.

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