jueves, 23 de diciembre de 2021

 

 La Biblia, además de su simbología religiosa es un libro increíblemente rico. Lleno de giros y personajes que lo abren a disímiles interpretaciones diferentes. Dentro del texto sagrado hay un libro particularmente seductor, "EL libro de las revelaciones". También conocido como el Apocalipsis de San Juan, es el último de los libros que conforman el Nuevo Testamento y el final de la Biblia en sí misma.

Su concepto general es relatar la revelación de Jesucristo y se piensa que fue escrito a finales del siglo I o principios del II, épocas en las que ocurrieron algunas de las mayores persecuciones de cristianos de la historia. Los romanos temían a la gran expansión ideológica que la religión comenzaba a causar en el mundo y por supuesto la respuesta fue perseguir y reprimir a los adeptos de la naciente cristiandad. En medio de esta época sangrienta y convulsa nació el caótico texto que narra el final de los días. 

 


La obra en sí es algo complicada de interpretar, debido al gran simbolismo empleado. En ella se describen por primera vez los cuatro jinetes del apocalipsis, como generales de la perdición que traen consigo la guerra, la enfermedad, el hambre y la muerte, como plagas para aniquilar a la humanidad y se narran los feroces enfrentamientos entre los ángeles del cielo y las bestias del inframundo, justo antes de que las escaramuzas de fuego y sangre se despeñen por el precipicio del que emerge el temido juicio final.

  Tras el juicio la Tierra volvía florecer y era toda Jerusalén y el paraíso estaba en ella pues Dios convivía con los hombres en un reino de luz y amor. El texto narra además las distintas representaciones que ha encarnado Dios a lo largo de sus apariciones en los textos bíblicos. El libro de las revelaciones fue concebido para mostrar el destino del mundo y de aquellos que no se convirtiesen al cristianismo y decidan seguir "el camino de Satanás hacia el infierno". 

  El texto menciona como autor a "Juan", sin mas descripción. Algunos piensan que se refiere a Juan el evangelista, quien en aquella época se encontraba en una isla del Mar Egeo, oculto de las implacables persecuciones romanas, de las que era objetivo especial debido a su estrecha unión con Jesús y su rol como uno de los mayores autores del Nuevo Testamento. Sin embargo, otras fuentes difieren y atribuyen la autoría de este libro a San Juan, uno de los apóstoles de Cristo, promulgando que fue escrito basado en las conversaciones de éste con Jesús.

 También existen quienes creen que ambos Juanes fueron la misma persona. Los padres de la Iglesia primitiva, calificados en padres apostólicos primeros o segundos por haber tenido mayor o menor contacto con los apóstoles del mesías describen a Juan el evangelista como autor del Libro de las Revelaciones pero aún con la confirmación eclesiástica el dato no se puede dar por cierto ya que con el paso de tantos años la confirmación de si ambos juanes son la misma persona o no se  disolvió en las arenas del tiempo. 

   No se puede olvidar que además se considera también que el texto pudo ser redactado por varias personas. Esta teoría narra que este grupo de personas no escribió solo el Apocalipsis sino que fueron los responsables de la autoría de todos los denominados escritos joánicos. Debido a la lejanía en autoría de estos escritos y a los cambios literarios en su composición, que son visibles a pesar de compartir un estilo muy parecido. 

 El libro de las relevaciones como composición literaria posee un carácter exclusivamente profético

pero a diferencia de otros libros del Nuevo Testamento, el Apocalipsis tardó varios siglos en ser reconocido como una parte genuina de la Biblia. No fue hasta el año 382 que el libro fue aceptado debido a un colérico decreto del papa Dámaso, quien amenazaba con quemar en la hoguera a todo aquel que negase la autenticidad del libro. 

 Desde entonces el Apocalipsis de Juan se adjuntó con el resto de los escritos del Nuevo testamento, prometiendo el reino de fuego y azufre que descenderá sobre todos los pecadores, que ignoraron las advertencias y el camino de Dios, a los que o aguarda nada más que el lago llameante del demonio. 





1 comentarios:

Es uno de los libros del Nuevo Testamento que más me gusta .Es diferente y muy profundo en su significado.
Cada vez que se lee se encuentra algo nuevo y sujeto a multiples interpretaciones desde la Fe más profunda hasta los que quieren ver extraterrestres en su contenido.
Palabra de Dios.

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