sábado, 25 de diciembre de 2021

  Cada año, son mayoría quienes esperan las fiestas con entusiasmo, ansiando que llegué la Navidad con sus tonos roji/verdes y sus villancicos para alegrar la vida, trayendo la esperanza de un feliz año nuevo. Sin embargo,¿ cómo sería vivir en una Navidad eterna?. Bien lo saben los habitantes de Fairbanks, Alaska, un pueblo del gélido Polo Norte, en el que la Navidad nunca se va, ni siquiera en el mes de julio. 


Se dice que el pueblo de la Navidad perenne donde las calles poseen festivos nombres como Santa Claus Lane, Snowman Lane o North Star Drive, es el hogar de Santa Claus, y allí posee incluso un código postal, al que miles de niños envían anualmente sus ilusiones y deseos en una pequeña cuartilla de papel. El Santa del Polo Norte, ayudado por su equipo de asistentes contesta cada carta, en un intento magnífico de conservar la ternura y la inocencia de los infantes que le escriben. 

 La ciudad en sí nació en 1944 y se nombró "Ciudad del Polo Norte", debido a un fabricante de juguetes que quería construir en ella su fábrica, para así poder promocionar los juguetes con el slogan " hechos en el Polo Norte". El proyecto nunca llegó a concretarse, la fábrica no se construyó pero el nombre y el espíritu navideño se quedaron en la ciudad.

 Vagando por los pueblos de Alaska vivía un hombre llamado Con Miller, conocido por personificar a Santa Claus para los niños de los alrededores. El sr. Miller, al enterarse de que su pueblo fue bautizado "Polo Norte", nombró "Casa de Santa Claus" a su negocio y se entregó completamente a su misión navideña. Con el paso de los años su tienda se convirtió en la más famosa del pueblo, conocida por la estatua de Papá Noel de fibra de vidrio más grande del mundo y los renos a su alrededor. 

Aunque la navidad dura todo el año, en estas fechas la casa de Santa organiza actividades especiales, para los más pequeños, como vuelos con niños de 4 a 10 años, en riesgo de pobreza, para llevarlos a pasar una mágica jornada en el paraíso de Santa. Los niños viajan acompañados de elfos y ayudantes que les asisten en cada una de sus necesidades y al llegar al Polo Norte, Santa Claus les da afablemente la bienvenida cargado de chocolates y regalos entre la nieve espesa. 

Uno más:

 Ya es bien difícil imaginar un pueblo en el que es Navidad todo el año, como para pensar que hay dos.

Sin embargo en el mismo país existe otra ciudad que se entregó completamente a la Navidad, exactamente en Indiana. El lugar solía llamarse Santa Fe en el siglo XIX, pero tuvieron que cambiar su nombre para poder instalar una oficina postal y como Santa Fe hacía referencia a la capital del estado de Nuevo México, los habitantes decidieron llamar a su pueblo Santa Claus. 

 Como llegaron a escoger el colorido nombre, es aún una incógnita, lo cierto es que desde 1914, también reciben las cartas de miles de niños de toda la nación norteamericana. Al igual que en el Polo Norte, hay una gran estatua de Papá Noel y las calles tienen nombres propios de la estación, como las tres calles principales que se nombran  Melchor, Gaspar y Baltasar en honor a los tres reyes magos.

 Los habitantes de estos pueblos, creen profundamente en la Navidad y aunque pudiese parecer tedioso vivir el año entero rodeado de adornos navideños y estruendosos Ho-Ho-Ho´s, disfrutan a plenitud de su interminable fiesta de paz y amor. 





 

1 comentarios:

Interesante artículo pues sólo por referencia sabía de algo así y en otro continente pues creo era en Finlandia.

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