El video del fin del mundo
Hace 40 años, Ted Turner, fundó lo que se convertiría en la cadena emisora de noticias por excelencia, la CNN, que de acuerdo a las palabras de su creador en el acto de inauguración "transmitiría noticias 24 horas al día hasta el fin del mundo...". Lo que pocos sospechaban era que Turner no hablaba metafóricamente.
La realidad, aunque parezca mentira, es que Turner se anticipó incluso al fin de los días y creó un video que debía ser emitido en las últimas horas de la humanidad. La ominosa misión recaería en el último periodista que quedase con vida, quien debería emitir la grabación de un minuto de duración, a modo de despedida definitiva de la raza humana.
En las imágenes se muestra la banda de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos tocando el himno " Nearer my God to thee", la misma melodía que tocaba la banda de música a bordo del Titanic mientras se hundía. El video termina diluyéndose en un dramático fondo negro. El plan era que fuese un secreto y bajo ninguna circunstancia debía ser liberado al público a menos que llegase el temido día. Sin embargo, los secretos nunca permanecen realmente ocultos, ¿o sí?..
Un becario curioso, llamado Michael Ballaban, descubrió la cinta que estuvo guardada desde finales de los años 90 en la base de datos de la cadena estadounidense con el nombre "Turner Doomsay Video" ( Video de Turner para el día del Juicio Final), acompañada de una específica advertencia: "HFR" ( Hold For Release)( no publicar ), reflejando las claras intenciones de su autor de que no se revelase hasta que estuviese confirmado el fin e hizo lo todo lo que no "debía", liberando la cinta al mundo.
Dicen Turner les dijo a todos los involucrados en la grabación: " Vamos a estar en el aire desde el primero de junio ( de 1980) y vamos a continuar hasta que llegue el fin del mundo. Cuando llegue el día, vamos a cubrirlo, vamos a tocar " Nearer my God to Thee" y nos vamos a despedir".
Las indicaciones permanecen claras, el video debe ser emitido el última día del mundo, sin embargo levanta una pregunta inevitable, aunque un último reportero se abra paso entre la condenación final y pueda apretar el botón que libere la transmisión, ¿Quién quedará para verla?.