La bóveda del fin del mundo
Las semillas germinan convirtiéndose en el sustento de nuestra especie y otras tantas. Ha sido así desde hace millones de años, pero el funcionamiento perfecto de la naturaleza se ha visto frustrado por las maneras inconscientes de los hombres.
El equilibrio perfecto fue quebrado por el cambio climático y sus efectos secundarios. Que amenazan con destruir por completo la vida como la conocemos. Por ello, en 2088, se construyó en Islas Svalbard un lugar especial, al que se le llamó: "La bóveda del fin del mundo".
El edificio en sí tiene un aspecto apocalíptico, enterrado en medio del hielo blanquecino, almacena en su seno más de un millón de semillas procedentes de todo el mundo. Es un gigantesco almacén, donde se guardan con el fin de conservarlas si lo peor ocurriese.
La instalación solo deja ver la entrada, un rectángulo incrustado en la nieve y la roca, que asemeja un portal hacia una dimensión desconocida. El edificio fue excavado en la montaña a una profundidad de 130 metros. Diseñado de esta forma para evitar cualquier catástrofe que pudiese poner en riesgo su valiosa carga.
Las semillas son conservadas a una temperatura media de -18 grados, y la bóveda abre sus puertas pocas veces al año . Todo cuidado es poco, estas son las semillas que serían replicadas en caso de desastre y su preservación es de suma importancia.
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, nos recuerda que cerca del 40% de nuestras calorías provienen del maíz, el trigo y el arroz. Por lo que si las cosechas se ven afectadas por el cambio climático el suministro de alimento de la humanidad se vería severamente dañado.
El curioso almacén apocalíptico, es más bien una copia de seguridad nuestros bienes más preciados. Un punto de restauración de lo que es nuestra agricultura por si el daño, que tratamos de revertir, llega a ser demasiado. Solo esperemos que si llegamos a ese punto quede tierra aún para plantar nuestras semillas. 😥