En 1975 una mujer desesperada se dirigió a las autoridades pertinentes para acusar a un psicólogo llamado Donald Thompson. La señora sostenía entre lágrimas que Thompson la había violado, dejándola inconsciente en su apartamento. Pero en el momento exacto en que tuvo lugar la agresión, el psicólogo se encontraba grabando un programa televisivo en directo, curiosamente sobre el papel de los testigos oculares en un crimen. Cientos de personas que miraban el programa se transformaron entonces en sus propios testigos oculares, concediéndole una coartada inquebrantable. 

La víctima insistía, en que recordaba con todo detalle el evento y que Thompson la había violado, pero esto era imposible. Más tarde se comprobó que ella misma había sido una de estas espectadoras y que la cara de Thompson era lo último que había visto antes de caer en manos del violador. Esto junto al trauma que vivió formaron en su mente un "recuerdo falso". 


La memoria es influenciable: 

 En los años 70 una psicóloga cognitiva llamada Elizabeth Loftus demostró que se pueden modificar los recuerdos de una persona simplemente haciendo sugerencias o preguntas muy concretas. Para esto realizó un experimento, donde le mostraba a un grupo de voluntarios una escena en la que un coche rojo pasaba un cruce con una señal de stop. Acto seguido les mostraba una imagen en la que este mismo coche atropellaba a una persona. 

Finalizado el video, lanzó preguntas específicas a los espectadores, como: ¿ qué hizo el coche verde después de atropellar al peatón? o ¿ qué ocurrió luego de que el coche saltara el ceda el paso?.

A pesar de haber visto imágenes de un auto rojo y una señal de stop, la mayoría de los sujetos recordaron un coche verde saltándose un ceda el paso. Pero Loftus no se detuvo aquí. Empleando técnicas similares la científica consiguió que sujetos de experimentación creyeran haber vivido situaciones como pasar una noche en el hospital debido a una infección del oído o haberse perdido en un centro comercial en su infancia. Afirmaciones completamente falsas, sin embargo los sujetos recordaban las escenas con increíble claridad. 

Estos experimentos, además de impresionantes son una gran herramienta para entender el funcionamiento de nuestra memoria y emplearlos en estudios para comprender mejor enfermedades como el alzhéimer o la amnesia.

La memoria no se reproduce, se construye: 

 Una de las estructuras más importantes en la formación de recuerdos son las engramas. Un grupo de neuronas que se activan ante la percepción de información. Una vez formadas, cuando se activan reproducen la experiencia subjetiva que generó el hecho que las llevó a originarse. Sin embargo esta síntesis de conexiones no es inmutable. La memoria es asociativa, de ahí que se puedan activar diferentes imágenes o percepciones asociadas cada vez que se pone en marcha un recuerdo, modificando así al mismo.

En 2002 la psicóloga Kimberley Wade realizó un experimento, donde los sujeto debían mirar algunas fotos suyas de la infancia, que habían sido previamente modificadas, poniéndolos en situaciones o lugares que nunca estuvieron realmente. Luego de la observación, un tercio de los participantes contó a los investigadores los detalles de "aquel viaje" que nunca hicieron o "aquel lugar" que nunca visitaron. Pasada una semana el número ascendió hasta la mitad. Demostrado nuevamente la posibilidad de moldear los recuerdos. 


Los recuerdos falsos:

  Realmente no necesitamos una psicóloga que venga a engañarnos con fotos montadas. Formamos

recuerdos falsos todo el tiempo. Por ejemplo en nuestras relaciones de pareja, cuando el amor se ha fracturado, las personas muchas veces reescriben sus recuerdos, autoconvenciéndose de que todo estaba mal desde el principio. Incluso recriminándole a la otra persona situaciones que nunca existieron. 

Todos estos estudios y experimentos dejan claro que nuestra memoria es moldeable y elusiva. Podemos olvidar conocimientos al ser víctimas de la "curva del olvido" o reescribir nuestros recuerdos sin ni siquiera darnos cuenta. Lo cual puede llegar a ser una información un tanto peligrosa, pues despierta dudas desconcertantes: 

"¿Cuánto de lo que recordamos es real?"