La llegada del coronavirus ha significado, además de los cambios cataclísmicos, de los que somos bien conscientes, que se empleen términos médicos que antes nos eran completamente desconocidos, y que si no poseíamos implicación con algún ámbito científico tal vez nunca hubiésemos oído. Tal es el caso del famoso PCR, nombrado así en alusión a sus siglas en inglés. 

 Las siglitas son de sobra conocidas para nosotros ahora, pero casi nadie sabe que detrás de ellas se esconde la historia de un gran científico, que dista mucho del estereotipo de pensador serio con su bata blanca y sus gafas.


 Kary Banks Mullins nació el 28 de diciembre de 1944. En 1966 se graduó como químico en la Universidad de Georgia Tech, en 1973 obtuvo su doctorado en la Universidad de California, a los 24 años publicó un artículo en la revista Nature bajo el título " Significado cosmológico de la inversión del tiempo", expresando su curiosidad por campos mucho más allá de su especialización. 

 Mullis pronto se convirtió en un destacado representante del laboratorio de ADN de Cetus Corporation, una de las más destacadas empresas de biotecnología en California, pero además de su fama como científico las anécdotas lo identificaban como un personaje controversial.  Al parecer, alguna vez amenazó con llevar un arma al trabajo y se vio involucrado en acalorados altercados con su pareja de aquel entonces, que también era su colega y con otro compañero al que casi llega a golpear en una fiesta de la empresa. Tan volátil como genial, en 1983 Mullis concibió la técnica del PCR. Años más tarde contaría que la idea lo asaltó en la noche mientras conducía por las montañas del norte de California.

 La idea era fabricar millones de copias de un fragmento de ADN de forma rápida y sencilla, pero los obstáculos técnicos para conseguirlo eran numerosos, había que dar con la clave y Mullis lo hizo: emplear polimerasas termoestables (Taq) a elevadas temperaturas para hacer copias de ADN. En el otoño de 1985 dos de sus compañeros de trabajo lograron aislar el ADN de la polimerasa Taq. Varios científicos confirmaron el experimento, concordando en que la polimerasa Taq era ideal para llevar a buen término el proceso de PCR, porque podía soportar temperaturas muy altas, a diferencia de otras polimerasas.

 En 1989 el proceso de PCR y la enzima ADN polimerasa fueron nombrados por la revista "Sciene" como "Molécula del año", en 1993 Mullis ganó el Premio Nobel de Química por el descubrimiento sin el que la genómica sencillamente no existiría.

 El científico "loco":

 Mullis fue un personaje pintoresco, un humano bendecido con una mente prodigiosa y peculiares
rasgos de personalidad, no porque practicara surf o se hubiese casado cuatro veces. Ni siquiera por consumir grandes cantidades de psicotrópicos, que incluso sintetizaba a lo "Breaking Bad", aprovechando sus conocimientos. Ni siquiera por haber fundado una empresa llamada "Stargene", con la finalidad de vender joyas con ADN ampliado de famosos como Marilyn Monroe, Elvis Presley  o George Washington. 
 Sus excentricidades más grandes se manifiestan en las repetidas declaraciones que dio sobre los repetidos encuentros que mantenía con su abuelo fallecido, ocasiones en que el difunto lo visitaba y compartían cervezas en el porche, charlando sobre la vida en California, según el científico esto ocurrió en una época en la que NO consumía LSD.
 
 Además defendía con fervor las teorías conspiranóicas, negó en varias ocasiones la existencia del cambio climático y del agujero en la capa de ozono, alegando que esto eran solo campañas mediáticas para favorecer a determinados gobiernos. Como si ya fuera poca la controversia en torno a su figura también reconoció ser un ferviente detractor del VIH/SIDA. En varias ocasiones declaró que la enfermedad no existía y que era solo un invento de las farmacéuticas y de científicos sin escrúpulos. 
 
 
Consciente del efecto que su carácter y opiniones tenían en las personas, en 1998 publicó su autobiografía, titulada " Dancing naked in the Mind Field" ( Bailando desnudo en el campo de la mente),donde hace alarde de su carácter provocador y de su personalidad tan distante del "tremendo conservadurismo del mundo de la ciencia". En2002, durante una charla, Mullis confesó que su forma excéntrica de ver la vida fue lo que le permitió crear el PCR , pues si hubiese hecho caso a sus amigos biólogos lo habría abandonado por imposible.
 
El 7 de agosto de 2019 murió a consecuencia de una neumonía. Nos legó su descubrimiento y la gran historia detrás de éste:
 
 "Emocionado, comencé a calcular potencias de dos en mi cabeza: 2, 4, 8, 16, 32. Recordé vagamente que dos elevado a diez era aproximadamente mil y que, por tanto, dos a la veinte era alrededor de un millón. Detuve el coche en un desvío sobre el Valle Anderson. Saqué lápiz y papel de la guantera. Necesitaba comprobar mis cálculos. Jennifer, mi soñolienta pasajera, protestó aturdida por la parada y la luz, pero exclamé que había descubierto algo fantástico. Mi mente regresó al laboratorio. Las cadenas de ADN se enrollaron y flotaron. Espeluznantes imágenes azules y rosas de moléculas eléctricas se inyectaron en algún lugar entre la carretera y mis ojos (...). No dormí esa noche. A la mañana siguiente había diagramas de PCR por todas partes".