..."No seas cobarde, pon de tu parte que es un corte pequeñito", la voz sarcástica del médico llegó a sus oídos mientras era sujetada por la enfermeras, y podía sentir la sangre caliente brotando de su cuerpo. Nadie le explicó las consecuencias de esta operación, nadie dijo como cambiaria cada aspecto de su vida, nadie le recordó que tenían derechos, ninguna enfermera salió en su defensa en calidad de mujer, a nadie le importó la magnitud de lo que le estaban arrebatando.


Durante los años 1860 y 1870, Sir Francis Galton, sintetizó; luego de leer "El Origen de las especies", escrito por su primo, Charles Darwin; varias ideas un tanto peligrosas, alegando que el ser humano interfería con los mecanismos de selección natural, con la tendencia a proteger a los débiles y desfavorecidos, sentando así las bases de la "Eugenesia", y definiéndola como. "la ciencia que trata sobre todas las influencias que mejoran las cualidades innatas de una raza, y también con aquellas que la desarrollan hasta la mayor ventaja."

 Aunque pueda aparecer surreal a lo largo de los siglos XX y XXI numerosos países han desarrollado programas de esterilización forzada, mayormente en mujeres, como parte de su política para lidiar con los sectores más desfavorecidos o con la población de otras naciones. Aunque hoy la práctica ha sido catalogada como un crimen de guerra y un delito contra la humanidad, este vergonzoso procedimiento sigue siendo una oscura realidad, demasiado difícil de rastrear debido al silencio que guardan muchas víctimas, por miedo, vergüenza o porque desconocen realmente sus derechos. 


 El programa de esterilización más amplio del siglo XX tuvo lugar bajo el desquiciado Tercer Reich. Hitler, en uno de sus primeros actos como regente del estado alemán, aprobó una Ley para la prevención de descendencia con enfermedades hereditarias en 1933. Creando más de 200 cortes eugenésicas y  obligando a cada médico a entregar los registros de pacientes que fueran retrasados o enfermos mentales, ciegos, sordos, epilépticos o físicamente deformes. Los casos eran presentados individualmente ante una corte y allí se decidía el destino de estas personas. Para el final de la Segunda Guerra Mundial más de 400 000 individuos fueron esterilizados. 

Durante los juicios a los nazis después de la guerra, al ser cuestionados por el tema de la esterilización

forzosa, muchos defendieron su postura alegando que se habían inspirado en la políticas estadounidenses y no estaban mintiendo. Estados Unidos fue el primer país en emprender programas de eugenesia, dirigidos especialmente a personas con discapacidades o problemas de salud mental, pero no cambió el hecho de que también se practicó en ciegos, sordos y físicamente deformes. Muchas mujeres indígenas y afroamericanas fueron esterilizadas, sin su conocimiento mientras estaban hospitalizadas por otras razones.

 Después de la Segunda Guerra Mundial, y debido a la conexión que se estableció entre los nazis y esta práctica, la opinión pública comenzó a rechazar este concepto, por lo que el número de procedimientos se redujo, aunque no se dejó de practicar, especialmente en hospitales psiquiátricos, auspicios para enfermos mentales y prisiones, finalmente la última esterilización forzosa legal se realizó en 1981. 

 Muchas fueron las naciones( Suecia, Suiza, Uzbekistán, Finlandia, Noruega, Eslovaquia, Islandia México, Rusia...) que acogieron en sus legislaciones leyes a favor de la eugenesia, esterilizando salvaje e involuntariamente a miles de mujeres y hombres, aunque estos últimos en menor cuantía. Eran objetivos mayormente la mujeres con VIH, las pertenecientes a clases sociales inferiores, incluso en numerosos países de la unión europea se perseguía y esterilizaba a las mujeres romanís, para reducir la población de gitanos. 

 Otros como China e India nunca tuvieron leyes a favor de estas operaciones, y sin embargo se practicaban clandestinamente con el mismo objetivo absurdo de " perfeccionar la población". En Perú, durante el gobierno de Alberto Fujimori, se emprendió un programa de esterilizaciones que se extendió hasta el 2001 y tuvo como objetivo a las mujeres indígenas analfabetas de los andes peruanos, sometiéndolas al procedimiento en contra de su voluntad, sin explicarles las consecuencias y  ofreciéndoles dinero o alimentos a cambio. 

Los países africanos no son excepción en esta generalización absurda e inhumana de una práctica tan macabra, es difícil poner números en estas zonas puesto que muchas mujeres callan por temor, otras ni siquiera son conscientes de lo que les han hecho. Existen tristes historias de mujeres a las cuales extirparon el útero, justo tras dar a luz, los doctores explicaron la cicatriz con una cesárea y estas féminas solo se enteraron de que ya no era capaces de concebir años más tarde al tratar de tener un segundo hijo. 

 No es la labor vital de una mujer o un hombre ser padres o tener descendencia, de hecho hay quienes no lo desean así y viven plenamente sin el afán de tener hijos, sin embargo es atroz arrebatarle a un ser humano la decisión, la capacidad de procrear. Engañar, extorsionar o forzar a alguien para quitarle una parte tan importante de su ser, cambiando su vida completamente, dejando un sentimiento horrible, de dolor, impotencia y desconsuelo.