En 1583, la Reina Isabel I de Inglaterra, decidió que era un idea más que coherente establecer un asentamiento inglés en el Nuevo Mundo, y ni corta ni perezosa encargó la tarea a Sir. Walter Raleigh, quien partió al mando de dos buques, arribando sin ningún inconveniente al destino deseado. 


 Cuentan los historiadores y escritores que los nativos les recibieron con gran amabilidad, les brindaron techo y provisiones. Los ingleses se dedicaron a explorar el área y pocos meses después se retiraron a su tierra natal, cargados de regalos para su reina. Tal fue el éxito de la expedición y la alegría de la Reina , que casi inmediatamente se comenzó a preparar una segunda incursión, esta vez al territorio que los aborígenes denominaban, Virginia. 

 Sin embargo esta segunda expedición, era más seria. Los ingleses viajarían con más soldados y provisiones, preparados para instalar una colonia en la zona, capaz de resistir cualquier intento de invasión española y de negociar con los nativos para buscar metales preciosos. Finalmente arribaron a tierra y luego examinar minuciosamente el territorio escogieron la Isla Roanoke, para establecer el asentamiento.  

 Los cerca de 100 soldados europeos se asentaron y uno de sus comandantes, Richard Greenvil se dirigió de vuelta prometiendo regresar con provisiones, sin embargo los ingleses conocerían bien pronto la dificultad de mantenerse en sus pequeñas y recién nacidas comarcas, que no producían suficientes alimentos y se inundaban constantemente. Al escasear la comida, comenzaron a abusar de la amabilidad de los indios, tensando rápidamente las relaciones entre ambas facciones. Además no encontraron ni una onza de oro, por lo que decidieron marcharse con el pirata Sir. Francis Drake, que pasaba por la isla. A su regreso, Greenvil no halló ni un alma, por lo que no tuvo más opción que volver a Inglaterra, dejando tras de si 50 valientes soldados para que resguardaran la colonia. 

 En 1587, se organizó otra expedición a Roanoke, esta vez  a cargo de Jhon White, quien llevó consigo hombres y mujeres que dominaban diferentes oficios, como carpinteros y campesinos. Desafortunadamente los problemas persistían ahora sumados a los ataques de los indios, por lo que la única solución aparente fue que White viajara de vuelta a Inglaterra, en busca de refuerzos y provisiones. White aceptó pero les rogó que se mantuvieran en el fuerte si ocurría cualquier ataque, por parte de los indios o de los españoles y que de verse obligados a marcharse tallaran en un árbol una cruz de malta, para así el poder saber lo ocurrido. 

 Pero White arribó a Inglaterra justo cuando se libraba la guerra entre Gran Bretaña y la España de Felipe II. El conflicto era tan importante que la Reina destinó cada embarcación posible a la guerra, por lo que el buque de Raleigh, comandado por White, tardó tres años en regresar a Roanoke. 


 Cuando volvieron al Nuevo Mundo en 1590, la visión fue escalofriante, " el asentamiento estaba completamente desierto. Ninguno de los 90 hombres, 17 mujeres u 11 niños que había dejado fueron encontrados". Algunas casas estaban desmanteladas, otras estaban destruidas, pero no quedaba seña alguna de lucha. Buscaron en los árboles y no encontraron ninguna cruz de malta, en su lugar tallada en el tronco de un árbol estaba la palabra "croatoan". El primer pensamiento que invadió a White fue que los colonos se habían ido a vivir con los indios croatoan, pero nunca llegó a comprobarlo, pues una tormenta furiosa se desató al siguiente día, impidiéndoles revisar la zona y haciéndolos regresar a Inglaterra sin saber que pasó realmente con la colonia.

  La desaparición de la colonia de Roanoke ha despertado desde entonces incontables teorías convirtiéndose en uno de los grandes misterios sin resolver de la historia. Una de estas narra que pudieron emprender camino a Inglaterra, al darse cuenta de que Jhon White no regresaría y los suministros escaseaban cada vez más y que pudieron perecer en la travesía, engullidos por el mar o a manos de los españoles. 


Varias tribus americanas, narran que vieron a los habitantes de la colonia luchando contra sí mismos, lo que podía significar que sufrieron algún tipo de epidemia o enfermedad infecciosa que afectara su salud mental. También se maneja que pudieron recurrir al canibalismo, al acrecentarse el hambre entre ellos. No sería raro, pues en asentamientos posteriores se hallaron evidencias de estas prácticas barbáricas, por lo que no es del todo descabellado que ellos mismos hayan podido acabar con la colonia. 

 Antes de la partida de White, los colonos ya habían sufrido un ataque de los aborígenes, por lo que no es de extrañar que una de las teorías más sensatas exprese que ocurrió uno posterior, además se dice que el jefe Powhatan, confesó a John Smith que el fue responsable por aniquilar a toda la colonia, aunque algunos estudiosos opinan que esto exagerar la verdad.

   Las teorías continúan yendo a tonos más profundos de improbabilidad como que los habitantes de la colonia fueron atacados por un virus zombi o convertidos en árboles por un espíritu de los bosques, sin embargo el misterio no se detiene aquí. La palabra croatoan continuó apareciendo en circunstancias extrañas a lo largo de la historia:

  • Croatoan se halló escrita en una de as libretas de la aviadora Amelia Earnhart, luego de sus desaparición en 1937.
  •   Croatoan fue tallada en el poste de la última cama donde durmió el escritor de terror Ambrose Bierce antes de desaparecer misteriosamente.
  •  El famoso ladrón Black Bart talló esta la palabra en la pared de su celda antes de ser liberado y desaparecer para siempre 
  • Croatoan fue escrito en la última página del libro de registros del barco Carroll A. Deering antes de estrellarse en el Cabo Hatteras en 1921 sin nadie a bordo.
 Casi 500 años después lo ocurrido en el asentamiento de Roanoke sigue siendo un completo misterio...