En las fechas que transcurren las luces titilantes llenan los parques y negocios, conformando, junto a los adornos navideños un festival de color que alegra el alma. Los hogares no se quedan detrás, vistiéndose con sus mejores galas en espera de las noches de paz y amor. Pero, ¿ cuándo llegó a nosotros, el acostumbrado árbol bajo el que se esconden los maravillosos regalos de navidad, alrededor del cual se congregan tantas familias del mundo para transmitir sus buenos deseos en las últimas noches del año?.


 El árbol de Navidad es un elemento decorativo de gran simbolismo en la pascua decembrina,  generalmente es un pino que representa el amor eterno de Dios y el nacimiento de Jesucristo, recordando al árbol del paraíso, del cual comieron Adán y Eva y encarnando al árbol de la vida con sus hojas perennes. 

Su origen se remonta a la Edad Media y es considerado una adaptación del árbol de la vida de la mitología nórdica, llamado Yggdrasil. Para los nórdicos este símbolo era empleado en celebración del nacimiento del dios del Sol y la fertilidad, conocido como Frey, en festividades que se celebraban en fechas cercanas a nuestra actual Navidad. 

  En el siglo VIII, durante la evangelización de Alemania, San Bonifacio ideó una forma "amigable" de orientar la fe de los paganos hacia el Dios cristiano, en su método lejos de desterrar sus prácticas habituales decidió modificarlas y reasignar símbolos a los exponentes de sus creencias, como Yggdrasil.  Cortó entonces el santo un fresno, y en su lugar plantó un pino, de hojas eternas, presentes en cualquier estación del año y lo adornó con manzanas, en representación al pecado original y velas que simbolizaban la luz de Cristo. 


 Sin embargo, tomó bastante tiempo para que se extendiera la traición. En Alemania, no se convirtió en una costumbre establecida hasta el siglo XVII y en Inglaterra y España hasta el XIX. Con el tiempo las manzanas y las velas se transformaron en luces y bolas navideñas, los árboles se llenaron de angelitos, estrellas y guirnaldas brillantes y la Navidad en una celebración que ya sea ligada a no a la religión , trae el amor y la paz al corazón de las familias, que abrazan la época con la esperanza y el anhelo de un mejor año.