El ser humano desde su nacimiento ha tenido la necesidad de medir el tiempo, aquel gigante mágico, que se creó con nuestro universo y que continuará fluyendo mucho después de que nosotros no estemos, inquebrantable e imperturbable, poderoso y eterno. Las distintas culturas alrededor del globo crearon formas de medirlo, siendo estas tan relativas como el propio tiempo en sí mismo, y así existen alrededor de 16 calendarios diferentes.
El tiempo en sí, no es más que una dimensión del universo y ha sido el ser humano quien lo ha nombrado y respondiendo a su necesidad de medirlo, catalogado en minutos, horas, días, semanas, meses o años. El hombre ha tenido la necesidad imperante de dividir y organizar el tiempo, no solo para sus tareas diarias sino para poder ser realmente conscientes de nuestra historia o prever cuando ocurrirán determinados fenómenos naturales como el solsticio de invierno o el cambio de estaciones. Los calendarios, a grandes rasgos, son sistemas de división del tiempo de acuerdo a criterios astronómicos, como la posición del Sol o la Luna, permitiendo organizar cronológicamente cualquier actividad humana. Diferentes culturas los concibieron de diferentes formas y aquí están algunas de ellas.
Calendario Gregoriano:
Es el usado en el mundo occidental, fue impuesto por el Papa Gregorio XIII en 1582 y posee un equilibrio casi perfecto con el año solar( tiempo que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol). Posee 12 meses, 11 de 30 o 31 días y uno de 28, que cada cuatro años tiene 29. El calendario Gregoriano esta tan en sintonía con el año solar que se estima solo pierde un día cada 3000 años.
Calendario Juliano:
Fue el predecesor del calendario gregoriano. Como su nombre lo indica fue establecido en honor a Julio César y entró en vigor en el año 45 a.C. Estaba dividido en 12 meses y también tenía un febrero bisiesto cada cuatro años, sin embargo difería del año solar y perdía un día cada 129 años, error que fue corregido con la reforma gregoriana.
Calendario Romano:
Empleado en la Antigua Roma antes de la implantación del mencionado calendario Juliano. Se dividía en 10 meses, cuatro de 31 días y seis de 30, dando lugar así a un año de 304 días que comenzaba el 1 de marzo.
Calendario Maya:
Extremadamente complejo y distinto a los que nacieron en Europa; el calendario Maya fue creado en
3372 a.C. Este peculiar calendario ligaba el paso de tiempo con las creencias divinas de los mayas, por lo que superponía los 365 días astronómicos( año de Haab) con los 260 días de su año sagrado (año de Tzolkin). Estos a su vez formaban ciclos que se repetían cada 52 años. El calendario de los mayas acababa el 21 de diciembre del 2012, lo que causó gran controversia e incluso un furor desmedido, pues muchos pensaban que en esta fecha ocurriría el fin del mundo. Calendario Azteca:
Descubierto en una gigantesca piedra de 3,60 metros de altura, en 1970, el calendario azteca es más un tratado de astronomía y filosofía que deja muy pocas cosas claras, al parecer esta tribu dividía su año sagrado en 13 meses de 20 días cada uno para un total de 260 días.
Calendario Budista:
Nació junto con Buda en el año 543 a.C., y desde entonces se ha usado en los países del sudeste de Asia. Está basado tanto en la posición del Sol, como la de la Luna, pero su sincronía hace que pierda un día cada 60 años, de acuerdo a este calendario el año nuevo comienza el 3 de febrero.
Calendario hindú:
Es un conjunto de todos los calendarios de la India, y posee características únicas y de acuerdo a este calendario vivimos en el año 1942, pues su año 0 está establecido en el 78 d.C. . de acuerdo al gregoriano.
Calendario Griego:
Constaba de 12 meses, cada uno con 29 o 30 días en forma alternada, tenía una duración de 354 días y para hacerle coincidir con el año solar se le añadía un nuevo mes cada tres, seis y ocho años, repetían el ciclo nuevamente tres, seis y ocho y así sucesivamente.
Calendario Babilónico:
Era un calendario lunar, ya que medía el tiempo en base a los ciclos de la Luna. Estaba constituido por 12 meses de 30 días cada uno y simplemente añadía meses cuando la pérdida de días hacía que los meses dejaran de coincidir con las estaciones de siembra.
Calendario Egipcio:
Es considerado una de las mayores contribuciones de esta gran civilización a la humanidad. Fue realizado en el año 4241 a.C. Constaba de 12 meses de 30 días y 5 días festivos extras, que lo hacían coincidir con el año solar.
Calendario Chino:
Es un calendario, tanto solar como lunar . Tiene 12 meses de 30 días y otros de 29, su año nuevo se celebra con la primera luna nueva después de que el Sol pase por la constelación de Acuario, lo que vendría siendo entre el 21 de enero y el 17 de febrero. De acuerdo a este calendario estamos en el año 4718 😮.
Calendario Persa:
Tiene su origen en el año 800 a.C, similar a muestro calendario actual, pero en este el año comienza en el equinoccio de otoño, o sea, entre el 22 y 23 de septiembre. Poseía 360 días divididos en 12 meses más cinco extras.
Calendario musulmán:
También es de tipo lunar, se divide en 12 meses lunares, formando ciclos de 32 años. Según este calendario el año 0 es el 662 del calendario gregoriano, cuando Mahoma huyó de la Meca, por lo que el 2020 vendría siendo el año 1441.
Calendario Tailandés:
Fue adoptado por un Rey Tailandés en 1888, y aunque es muy similar al gregoriano, se basa en los principios budistas por lo que consideran el año en que nació Buda (543 a.C) como año 0.
Calendario Inca:
El calendario fue imprescindible para esta civilización, tan ligada a la agricultura. Tenían un año de 360 días dividido en 12 meses de 30 días cada uno, con 5 días extras al fina del año. Pero la verdadera peculiaridad de su calendario es que cada mes se correspondía a un fenómeno de la naturaleza.
Calendario Tibetano:
Solar y lunar, este calendario va 127 años por delante del gregoriano, pues cuenta su año 0 como el 127, cuando se coronó el primer Rey de Tíbet. Cada año lleva el nombre de un animal y actualmente surcan el 2147, año del ratón de hierro.